domingo, 23 de octubre de 2016

El sector eléctrico español: Historia de una élite extractiva



            En mi anterior artículo, tras analizar las instituciones nacidas al calor del nuevo régimen, llegué a la conclusión de que no habían sido creadas para repartir el poder sino todo lo contrario, para favorecer su concentración. Y sospechaba que otro tanto habría ocurrido con las instituciones económicas; es decir, que en lugar de crearse para repartir la riqueza, estuviesen diseñadas para favorecer que esta se concentrase en pocas manos.
            Con esta sospecha en mente inicié mis pesquisas, intentando ver si los datos la confirmaban o la echaban por tierra. Para ello me propuse analizar lo que en su momento consideré los sectores más susceptibles de convertirse en élites extractivas, a saber: El sector financiero (con la banca y las aseguradoras); el sector energético (con las empresas eléctricas y las de hidrocarburos); el sector de la construcción (con las grandes obras públicas y privadas) y, por último, el sector de la comunicación y el entretenimiento.
            Comencé a recopilar información y a bosquejar unos cuantos esquemas y en un par de meses la cosa se me había ido totalmente de las manos. Era una empresa mastodóntica e ingobernable. De modo que me tuve que circunscribir a un sector para evitar la terrible dispersión de tiempo y fuerzas que implicaba tener tantos frentes abiertos, y me centré en el de la energía, que era el que ofrecía, por la información que en aquel momento tenía, unos perfiles más nítidos.
            Al cabo de otro mes la documentación y los esquemas de mi nuevo empeño eran tan difíciles de manejar como los del anterior, de modo que volví a acotar el terreno y esta vez me centré exclusivamente en el sector eléctrico, que a priori ofrecía mejores perspectivas de llegar a buen puerto. Pero tres meses después, en pleno mes de julio, seguíamos en medio del océano sin tener ni rastro de tierra firme.
            Lo que en principio iba a ser un artículo dentro de la colección Claves de Filosofía en una Lata de Galletas iba ya por 60 páginas y no tenía visos de que pudiese terminarse antes de verano. Y cuando el verano terminó ya no teníamos un artículo, sino un libro eterno, pues aunque ocupaba casi cien páginas, todavía no tenía ni principio ni fin.
            Y en ello ando. He conseguido terminar ya con la síntesis comentada de las últimas medidas energéticas del gobierno de Rajoy, pero todavía me quedan algunos hilos sueltos sobre la formación de los grandes grupos eléctricos que se van a consolidar durante el franquismo, y que darán lugar al actual oligopolio. De modo que aunque lejos, ya empiezo a ver el final del túnel.
            Esperaba tener terminado el libro para cuando el blog llegase a las 100.000 visitas, pero lo he abierto hoy y he visto que llegaba tarde.  Así que a ver si con un poco de suerte lo puedo tener terminado para el 20 de noviembre, cuando el blog cumpla cinco años, algo así como un especial quinto aniversario…Veremos a ver.
            Solo espero que siga alguien por aquí para cuando lo termine.



¿Qué se esconde tras el recibo de la luz?