domingo, 20 de diciembre de 2015

Ciudadanos ¿Partido de la ciudadanía? Final



https://ia601509.us.archive.org/14/items/PARTIDODELACIUDADANIA/PartidoDeLaCiudadana.pdf
11. VIENTOS DE RECAMBIO

                En el mes de febrero de 2015, las élites y la oligarquía financiera estaban preparadas para insertar su nuevo parche en el sistema. Así como el discurso de un banquero allá por julio del pasado año nos había dado la clave de sus intenciones y necesidades (“crear un Podemos de derechas”)  va a ser otro banquero quien nos descubra ahora la estrategia a seguir: Hacer pasar a Ciudadanos por la versión creíble de Podemos. 

                El 3 de febrero Francisco González, presidente del BBVA, realizó unas declaraciones durante la presentación de resultados de la entidad en las que afirmaba:

               “No sé lo que es Podemos. Dicen que las cosas se han hecho mal y tienen razón, pero no dicen cómo se arreglan. Hay que ver si tienen un buen diagnóstico y los medios necesarios para arreglarlo.”

                En apenas dos frases quedaba esbozado el modus operandi de los señores del mercado: Podemos, con su denuncia, había desatado los vientos del cambio, pero ahora le tocaba a Ciudadanos manejar las velas para llevar la nave de España a buen puerto. Había que sustituir a un piloto temerario como Iglesias por otro tranquilo como Rivera. En suma, había que conseguir que Albert Rivera suplantara a Pablo Iglesias como esperanza de regeneración. A ello se aplicaron con denuedo las huestes del régimen durante los meses siguientes, quitando de en medio a todo aquel que no cooperase

                La presentación del nuevo recambio, del huevo del cuco, tuvo lugar el 17 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Allí se desarrolló la primera de las conferencias en las que Ciudadanos iba comenzar a desgranar su proyecto económico; un proyecto cuyo título era toda una declaración de intenciones: “El cambio sensato”. Como el mismo Rivera afirmaba en la presentación “es incalculable medir las ganas del cambio”. Y allí estaba él, para satisfacer las aspiraciones de una España moderada, alejada de las excentricidades de Podemos. 

                Que Ciudadanos se mantuviese alejado de las excentricidades de Podemos, no significaba que no pudiese compartir sus anhelos, sus aspiraciones y hasta sus consignas. De hecho Albert Rivera se apropió ese día de una de las frases más repetidas pro Pablo Iglesias: “la política si no participas la hacen otros por ti”, inaugurando con ello una tendencia a solapar los discursos que habría de dar nuevos frutos. Sin ir más lejos el lema de su campaña, “vota con ilusión”, es un remedo de la idea de Pablo Iglesias de que Podemos había hecho recuperar a mucha gente la ilusión del 82”. Todo eso por no hablar del día en el que Rivera soltó en Granada desde el atril: "Si podemos rescatar a los bancos, podemos rescatar a las familias y a los emprendedores. ¡Sí se puede!"

                Rivera se afanaba por mostrar que su partido y Podemos eran productos destinados a un mismo fin: acabar con las manchas de la vieja política. Ahora bien, Ciudadanos venía en un envase pulcro y homologado,  mientras que Podemos era el viejo remedio populista barato. Solo Ciudadanos poseía un buen diagnóstico y los medios humanos y materiales para aplicar el tratamiento. Los miembros de su equipo eran “profesionales”. Lo que ellos proponían eran “proyectos viables”,  “porque ocurrencias tienen muchos partidos, pero proyectos viables, demostrables, cuantificables…hay pocos ”. Y si Podemos se nutría de las mareas ciudadanas, Ciudadanos era el “tsunami naranja” que empezaba a dejarse sentir en España.

                Rivera mostraba su imagen de hombre tranquilo, mesurado, capaz de capitanear esa nueva transición de la que tanto había hablado Pablo Iglesias. Y esa imagen no haría sino reforzarse tras las elecciones andaluzas y autonómicas, en las que Ciudadanos no habría de tener empacho en sellar pactos a derecha e izquierda (no como Podemos que solo pactó con los partidos de izquierda). Los heraldos del reino no tardarían en propalar la especie de que Felipe IV había encontrado a su nuevo Suarez y Ciudadanos era presentada como la nueva UCD: Gente joven pero sobradamente preparada. 

                La jugada sin embargo no pasó del todo desapercibida. En un artículo titulado Ciudadanos: la otra Operación Reformista, Josep Ramoneda escribía unas semanas después de la presentación de Ciudadanos, el 10 de marzo, lo siguiente:

                Ahora, con el réquiem por el bipartidismo como música ambiente, un partido nacido en Cataluña, Ciutadans/Ciudadanos, ha decidido dar el salto a España. Como entonces ha encontrado el terreno abonado. Hay inquietud por la crisis del bipartidismo y por el ascenso de Podemos, y preocupa la vulnerabilidad de un Partido Popular acorralado por los escándalos de corrupción que, de la mano de Rajoy, ha perdido relato (carece de un discurso que genere empatía con su electorado) y vitalidad […]
                Ciudadanos ha sido escogido como instrumento de cambio para apuntalar el régimen, en la medida en que el PP se resiste a renovarse, parapetado detrás de la efigie de Rajoy, enmarcada por negros nubarrones de corrupción.

                Del mismo modo, para la prensa extranjera tampoco pasaba desapercibida la naturaleza del fenómeno. El 13 de marzo The Guardian publicaba un artículo en el que informaba sobre la presentación del programa económico y analizaba su meteórico ascenso. El titular era bastante revelador: Ciudadanos, the 'Podemos of the right', emerges as political force in Spain



12. CUI PRODEST?

                En un célebre pasaje de Medea, la tragedia de Séneca, la protagonista afirma:  "cui prodest scelus, is fecit", que traducido vendría a significar “el delito fue cometido por aquel al que beneficia”. Por tanto, si queremos realmente saber quién está detrás de Ciudadanos debemos mirar a quién benefician las medidas que pretende implantar. Hagamos un breve repaso.

                La medida estrella del de su paquete de medidas económicas es sin duda el contrato único. Un contrato que, como desde Ciudadanos no han dejado de recalcar, viene avalado por el hecho de funcionar en una socialdemocracia nórdica como Dinamarca, cuya tasa de paro ronda el 6%.  Sin embargo no es oro todo lo que reduce, pues como afirma Vicenç Navarro, catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra:

                “La propuesta de Ciudadanos, supuestamente inspirada por el modelo danés, es parte de una gran manipulación, pues no dice toda la verdad sobre este modelo. Se callan lo que es más importante, es decir, la enorme protección que el sistema danés da a la persona afectada por el contrato único”.

                Al final el contrato único a quien favorece no es al trabajador, cuyo despido será más barato, sino al empresario. Manuel Lago, Economista especializado en mercado de trabajo, lo explica así:

                “Sintetizándolo, la propuesta del contrato único supone que en los cinco primeros años la indemnización por despido sería incluso inferior a la que hoy en día tiene derecho un contrato temporal -aun después de la reforma laboral del PP- y a menos de la mitad de la que tiene un indefinido que sea despedido con la fórmula más barata, la de 20 días por año.”

                De momento el primer punto se lo llevan las grandes empresas. Vamos a por el siguiente: La reforma fiscal. 

                La propuesta fiscal inicial de Ciudadanos estructuraba el impuesto en tres tramos y aparentemente bajaba los tipos en todos. Sin embargo, como demostró el diario económico Cinco Días, perjudicaba claramente a los contribuyentes con rentas entre 16.000 y 19.500 euros, amén de suponer un  atentado contra el principio de progresividad recogido en la Constitución. Así que como era demasiado obvio quien salía perdiendo, hubo que cambiarla. Aumentaron a cuatro el número de tramos y mantuvieron algunas exenciones, pero aún así, las rentas más altas son las que más favorecidas salen. Según los nuevos cálculos de Cinco Días para un salario medio actual el ahorro no llega a 95 euros al año, mientras que para una renta de 80.000 euros el ahorro sería de más de 750.  ¿Se imaginan el ahorro que eso supone para el presidente del BBVA que cobra un sueldo anual de 2,8 millones de euros?

                El resto de impuestos siguen más o menos la misma tónica: Una bajada del impuesto de sociedades al 20%, que será igualmente aplicable tanto a pymes como a grandes empresas y una  subida de los tipos más bajos del IVA para bajar los más altos. Aquí, eso sí, ha sido necesaria una nueva rectificación de “los profesionales” y finalmente parece que se mantiene el IVA superreducido que en un principio se pensó quitar.

                Es cierto que en el capítulo de impuestos las clases altas parecen salir mejor paradas, pero no hay que olvidar una medida pensada para el desahogo de los menos pudientes: La renta complementaria. En virtud de esta renta, denominada complemento salarial anual, el Estado redondearía los ingresos de aquellos cuyo salario no llegue a los mínimos estipulados. Ahora bien, optar por este complemento en lugar de por subir el salario mínimo es una subvención encubierta a las empresas, que les permitirá seguir pagando sueldos que no dan para vivir a costa de las arcas del Estado (o, por mejor decir, del resto de los contribuyentes). Además, este complemento no computaría a la hora de calcular la jubilación o la indemnización por despido y sí que podría hacer que una persona saltase al siguiente tramo impositivo y tenga que un tipo de IRPF mayor. A tenor de todo esto, la medida social por excelencia de Ciudadanos también resulta ser favorable para las grandes empresas.

                Otra idea que en principio podría considerarse favorable a los trabajadores es la implantación de un seguro contra el despido “mediante las aportaciones empresariales a una cuenta individual de cada trabajador de un 1% de su salario". Dicho así suena bien. Pero reformulémoslo: Todos los empleados van a tener que suscribir un seguro de desempleo obligatorio por valor del 1% de su sueldo. Ello permitirá a las aseguradoras comenzar a gestionar fondos antes gestionados por la Seguridad Social. De este modo no solo consiguen una capitalización extra de los bancos a los que las principales aseguradoras pertenecen o están ligados, sino que permiten también que poco a poco el sistema de seguros privados se vaya haciendo hueco.

                Con respecto a las pensiones Ciudadanos no ha sido muy explícito. Sus propuestas no pasan de meras declaraciones de intenciones. Quizá en lo que más haya insistido su líder es en la necesidad de volver a los grandes pactos de Estado en cuestión de pensiones, como el Pacto de Toledo. Sensato ¿no? Puede. Pero curiosamente eso es lo mismo que pide el sector de las aseguradoras

                Por último Ciudadanos propone luchas contra el capitalismo de amiguetes, las puertas giratorias, la corrupción…Pero claro, proponer eso mientras te financia Iberdrola, multada por la CNMV por manipular el mercado eléctrico, o el Santander que comercializó productos especialmente diseñados para “para que el cliente entrara en pérdidas siempre”...no tiene mucho crédito. Máxime cuando Ciudadanos se reúne con los gigantes del sector energético para armar un programa electoral anti-oligopolios. Un comité de lobos para la defensa de la oveja merina sería más creible.

                A fin de cuentas, nada nuevo. Esto es lo que las élites financieras y empresariales han deseado toda la vida. Lo que sostenía el informe de los 100 economistas; lo que ha venido pidiendo FEDEA desde hace más de un lustro y  lo que Garicano, cuyas propuestas coinciden asombrosamente con las de FAES,  lleva, como orgullosamente declaró el día de la  presentación en el Círculo de Bellas Artes, pensando toda la vida

                Es un honor y un orgullo para mí como economista y como español ― este es mi país―  el poder contribuir y poder ayudar a sacar adelante el país y a poner las ideas en las que llevo pensando muchos años.



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